11 jul 2009

Dejemos que todo fluya, y que la corriente nos lleve.


El problema puntual es que las mujeres viven sufriendo por (des)amor, incluso hasta de aquel que no valía la pena, y al que quizás ni siquiera queríamos. En cambio el hombre no pasa su vida sufriendo, lo hace únicamente cuando se enamora de verdad.
El punto está en que nosotras sufrimos porque esperamos, si solo nos dedicásemos a aceptar, en lugar de esperar... Distinta hubiera sido la historia y el número de desilusiones sería menor.
Yo he pasado toda mi vida decepcionándome, porque me dedicaba a esperar que fulanito fuera lo que yo quería, o pensaba y lo que no hacía era darme cuenta de que uno tiene que aceptar las cosas como en realidad son. A la mayoría de ustedes seguramente les pasó eso de sentirse nostálgicas, vacías, melancólicas, por aquello que esperaban y nunca llegó o llegó de otra forma, con la forma de lo que realmente era. De esa forma que siempre fue y no la supimos ver... o en realidad no la quisimos ver.
Porque ese es otro defecto que tenemos: no sabemos ver la verdad, porque no nos conviene, no la comprendemos. Entonces nos encerramos, nos ponemos barreras y límites, jurando no volver a caer, a confiar, a querer... Nos escondemos en nuestra armadura, optando por ser paranoicas y frías, negando amor y cerrando las puertas a cualquiera que se presente. Y déjenme decirles que eso está mal, si no dejamos las puertas abiertas... ¿A dónde vamos a conocer a nuestro próximo sapo? Abran esas puertas, con coraje por el miedo a que se nos cierren una vez más y con fuerza para mantenerlas abiertas. Pero cuidado…
Al fin y al cabo es lo que queremos, si nuestro mayor miedo es estar solas... Al menos yo, siempre tuve ese miedo. Y es tal vez por ese miedo que inconscientemente dejamos pasar a cualquiera y nuestro corazón termina invadido por sapos que nunca se convierten en príncipes. Y ahí de vuelta el sufrimiento...
Odio que seamos tan dependientes, que vivamos confundiendo amor con necesidad. Necesidad de tener a alguien y el amor que creemos que ese alguien nos da. Ese alguien que es un hombre y que no pasa por lo mismo que nosotras, porque por naturaleza, ellos no le tienen tanto miedo a la soledad (generalmente). ¿Vieron de todo lo que es capas un miedo? Lo peor de todo es que nos confundimos y andamos mendigando, y necesitando el amor de otros por... No amarnos a nosotras mismas. Lamento decirles que si no nos queremos y aceptamos va a ser difícil que los demás lo hagan, y es ahí cuando surgen cosas de menos valor: estar con alguien por necesidad, por compañía y toda la bola, estar con alguien por el simple hecho de estar. Pero todo eso se puede cambiar, porque todo empieza por uno mismo...
Igual les digo, todo bien con abrir puertas y ventanas, pero apartemos esa desesperación y prestemos atención a quien invitamos a pasar a nuestro castillo. ¿Por qué no aprendemos a llorar por aquellos que si valen la pena? Por aquellos que sí queremos… Cortemos un poco con el drama mujeres, que eso nos encanta. Seamos malabaristas, seamos capaces de sentir y de pensar, y después sí nos lanzamos a la aventura. Porque les cuento, ellos hacen así: un hombre enamorado insiste, busca, corre, sube, baja, extraña, quiere, ama, defiende y cuida a su chica. Así que por favor afinemos bien la vista, que algunos sapos pueden tener a ese príncipe escondido…
En fin, creo que ellos tienen mucho que aprender de nosotras y nosotras tenemos muchísimo que aprender de ellos, ¿Por qué no nos proponemos hacer un equilibrio? digo... Las cosas serían más fáciles si en lugar de esperar, aceptamos. Si en lugar de querer, nos queremos. Si en lugar de lamentarnos y llorar, actuamos. Así que a secarse las lágrimas y a pintarse la sonrisa. Dejemos que todo fluya, y que la corriente nos lleve...

1 comentario:

  1. WOW!
    cuanta verdad dices...es realmente lo que ocurre hoy en dia, creo que tantas peliculas de amor, tantos libros perfectos..han hecho que sea imposible encontrar un principe en un sapo :(
    Me encanto tu texto
    MIL BESOS :d

    ResponderEliminar